Nota: Este texto carece de fuentes no por falta de desconocimiento de ellas, sino por no querer aburrirte ni perderte en cuartillas y cuartillas que serían dignas de una tarea escolar a nivel secundaria. Todo aporte, comentario o mentada de padre, es bien recibido y se le agradece de antemano.
Es alarmante ver cómo los dirigentes de los políticos se
mofan de los ciudadanos de un país como México; tan vasto en arte, historia,
cultura y riquezas tanto materiales como naturales. La historia y la memoria
que se fraguó con los grandes periodistas de antaño, (¿ahora acaso son arremedo
kitsch y esnobs que ven en este gremio una oportunidad materialista, olvidando
la labor social? ¿O quejumbrosos que se guarecen en una línea editorial,
previamente dictada por la mano invisible
y olvidan su labor social?) nos dan un panorama atroz que nos ha orillado, a
todos como sociedad, a lo que hemos venido padeciendo en las últimas décadas;
esos horrores que cubren de sangre nuestra tierra, otrora festiva y falazmente
disfrazada entre Olimpiadas, Copas del Mundo de Futbol y una “unidad solidaria”.
Parece que la idea de nuestros gobernantes, desde hace por
lo menos cincuenta años fue realizada pensando a futuro. Iniciamos con una
explosión demográfica en los años de la sustitución de importaciones; esa época
dorada donde todo era posible, aunado a una concentración de poder y riqueza en
las grandes urbes, originando que éstas se sobrepoblaran.
En un sentido sistémico, era necesario introducir un factor
de caos, el cual ya estaba en la parte norte del país y que se estableció en
los tiempos de la prohibición gringa. No es necesario escribir a qué me
refiero. Pues bien, ese factor sería nuestro principal desestabilizador, a la
par de ciertas políticas sociales y económicas que estaban destinadas a crear
conflictos internos con el único fin de ganar dinero.
El hecho de tener un boom en los nacimientos en la época
dorada o en la era de las libertades, implicaba una mayor generación de dinero:
el mercado interno se ampliaría a las necesidades de todos esos nuevos habitantes,
se recaudarían más impuestos y el hecho de que los recursos naturales fueran
más demandados causaría que éstos elevaran su costo generando una menor
cobertura de servicios en lugares populares.
Respecto a las políticas, la creación de Fondos para el
Retiro y el establecimiento de edades para retirarse y tener una “vejez digna”
es, hoy en día, prácticamente un sueño. Pues en realidad con las condiciones de
seguridad que hay en México, es poco probable que alguien llegue a la edad
límite para disfrutar de sus ahorros.
En síntesis, nuestros gobernantes vieron en la creación de
la población una posibilidad para generar dinero; una vez que se cumplió esa
profecía, han buscado la forma de generar violencia para que al final entre nosotros
mismos nos matemos (este tema de la violencia
insertada será tratado en otra ocasión) y ellos, los de siempre, se queden
con los beneficios de los trabajadores, dejando a las familias sólo una
porción. ¿Solución? No tengo una… pero algo que sí es claro es que ésta no
depende de ti o de mí en la individualidad, sino en una unidad total y
avasalladora que debemos mostrar, de forma racional, a nuestros gobernantes.
Una unidad que no está en los partidos políticos, en las asociaciones o en
comités (los cuales son necesarios). El primer paso para la solución es, en lo
personal, abandonar el hedonismo materialista y renunciar a los protagonismos
mesiánicos.
Si llegaste hasta aquí, agradezco tu amable lectura y tu
atención.